Archivo | logoterapía RSS feed for this section

Los niños. Nuestros niños

10 Jun

Los niños son luz y misterio. Amor y ternura. Los niños expresan el pasado, presente y porvenir de una sociedad. Nuestros niños deben ser cuidados, protegidos e iluminados por la acción de adultos que sepan caminar junto ellos como verdaderos maestros de la vida.

Colegio La Alborada, Chía-Colombia

Colegio La Alborada

Teatro en el Colegio La Alborada. Primicia: El circo de la felicidad

5 Jun

Las realidades políticas de la música carranguera

21 Ene

La música carranguera es un metalenguaje cultural heredero de las formas musicales que la colonia y el proceso de mestizaje nos heredó en la forma musical del torbellino, la guabina, el bambuco y otros aires campesinos que las políticas del ocultamiento intentaron invisibilizar. En ese contexto, la carranga representa un importante demarcador histórico para activar la memoria de todos los colombianos en lo referido a determinados procesos que la modernidad pudo haber erosionado y para proyectar el diseño de escenarios y propuestas políticas que fijen derroteros de acción para el pensamiento ambiental y social en Colombia.  La genialidad de Jorge Velosa, y de las diversas agrupaciones musicales y músicos que han acompañado la construcción del género carranguero, fue la de haber actualizado, dándole continuidad creativa, a los aires musicales de las llamadas músicas rastrojeras o montañeras de origen campesino. Estas formas musicales estaban a punto de morir y desaparecer antes de la aparición de Velosa. Su extinción hubiera sido toda una calamidad para la historia y la cultura del país, pues se hubieran apagado las importantes fuerzas soteriológicas que la música carranguera viene difundiendo, al plantear nuevos circuitos de expresión que abren horizontes de sentido para repensar las relaciones humanas y las relaciones con el mundo de la vida y de lo no-humano.

En correspondencia con los planteamientos ontológicos de vanguardia, la música carranguera instaura en el ser la unidad melódica “que le canta a la vida” en el marco de una fina referencia constitutiva a la percepción de la relación de lo humano y lo no-humano, en el plano de sus lecturas de los entornos culturales y ambientales de nuestro país. Las tramas narrativas de las creaciones de Velosa tienen resonancia en el campo de sus aportes a la filosofía de la vida y de la ética ambiental. Particularmente, se hace importante para la comprensión del aporte carranguero, la obra del filósofo Maurice Merleau-Ponty, cuyo trabajo La Nature (1956-1960) nos recuerda la importancia de la irreductible compenetración y parentesco con los animales. Y en el campo de la antropología la obra del destacado antropólogo Tim Ingold es indispensable para comprender los entrelazamientos que propone Velosa con el mundo de los animales y de la Vida.  En ese sentido, el potencial de la carranga es el de ser crítico de las corrientes dominantes de pensamiento que ignoran el sentido y el valor de lo viviente. Lo que se reclama en muchas de sus canciones es la necesidad de acercar los espacios vitales humanos, con los espacios vitales de los animales y del mundo de la naturaleza. En el fondo somos animales viviendo entre animales; condición interesantísima para proseguir el ejercicio de profundización de una ética de la vida; ejercicio que esta aún en estado embrionario en nuestro medio, dominado por las lógicas de la ganancia y del egoísmo.

La carranga es la expresión del alma boyacense en toda su plenitud; constituyéndose en una herramienta cultural que posibilita la arquitectura de la identidad cultural de nuestro país. La carranga se origina en un departamento caracterizado por poseer una economía campesina con la que toda la nación colombiana esta en deuda, ya que nos alimentamos de las matitas campesinas; además no podemos olvidar que la presencia de la ruralidad jalonó con fuerza las ideas Republicanas que nos han dado la libertad, ya que sin el apoyo de las huestes de guerreros boyacenses, la emancipación que nos legó nuestro libertador Simón Bolívar no hubiera sido posible. La carranga es heredera de esa tradición libertaria; pero no es simplemente un aire folclórico, pieza de museo para ser admirada y contemplada como artefacto fosilizado como ocurre con otros géneros musicales tradicionales a lo largo del mundo. Todo lo contrario, la música carranguera puso nuevamente a la nación colombiana a bailar, cantar, pensar, meditar, creando mundos “mansitos” desbordantes de vida, y hechizados por la luz de la “Candelaria”.  Es un género abierto al reconocimiento de la realidad, con una enorme capacidad de lectura de las profundidades del ser y de los acontecimientos visibles e invisibles que suceden en los hermosos paisajes culturales de nuestra patria.  Su tono puede llegar hasta la denuncia de las injusticias sociales y de la problemática económica que vive el país, pero es mucho más que canción protesta, pues le canta a la vida en todo su esplendor. Su mensaje es rico, extenso y profundo, es un lenguaje que surge de las honduras del ser. Consecuentemente, la carranga viene siendo fuente de inspiración para los movimientos sociales de Colombia. De ella se han nutrido los ambientalistas, los Verdes, los defensores de los derechos humanos, educadores, niños y niñas, adolescentes, músicos, indígenas y los amantes de la justicia. Sus voces, melodías y ritmos se oyen en todos los rincones del país. Acompaña a obreros, campesinos e intelectuales en su labor. Une a Colombia, dándonos la fuerza y la energía para captar la riqueza e inmensidad de los saberes que tiene nuestro pueblo.

El sentido de la carranga es de orden existencial y cultural. Su experiencia de orden radica en la capacidad que tiene para identificar mundos y caminos narrados por la sabiduría de nuestros pueblos andinos herederos de lo mejor de las sociedades indígenas, mestizas y españolas asentadas en nuestro territorio, y que poco espacio habían tenido en marco de los discursos dominantes.  Muchos relatos sin historia, en pueblos a los que se les ha querido negar su historia, han encontrado resonancia gracias a los medios expresivos de la carranga. Ya sea en la romería campesina, en la fiesta patronal, en el Madison Square Garden de Nueva York, y en otros escenarios internacionales alrededor del mundo, la carranga explosiona el potencial festivo y meditativo, pregonero de la vida de los colombianos.

La narrativa carranguera rescata la noción de persona humana; esta condición es importante ante la existencia de muchos ambientalismos y corrientes filosóficas deshumanizantes que pretenden reducir todo a una concepción exclusivamente biológica que se impone totalitariamente por encima de la dignidad de la persona humana en ciertos círculos académicos de nuestro medio. Lo que la música carranguera en sus movimientos sinfónicos nos recuerda, es que la persona humana tiene que convivir, cooperar y armonizar con los ambientes y ecosistemas culturales en un proceso de dialogo, comprensión y reconocimiento. Los ambientes biofísicos han sido gravemente afectados por las intervenciones humanas en la región andina de Colombia; el mayor obstáculo en lo referido a la armonización se comprende desde las cartografías del dominio y el avasallamiento de cierto orden humano sobre el orden no-humano. Pero resulta que el orden humano, tal como lo enseña la carranga de Jorge Velosa,  no puede existir sin un reconocimiento de las fuerzas bióticas y abióticas que invitan al ser humano a conversar y a recordar que la mayor responsabilidad del hombre es con su propia vida, con el dialogo y con la evolución tanto del organismo, la sociedad y la naturaleza. Como seres vivos, los humanos en nuestra rica capacidad subjetiva, proyectiva, discursiva y metadiscursiva, somos organismos-personas vivientes, que deberíamos vivir con más humildad nuestra condición de seres vivos. Nuestras identidades humus-humanas se nutren y recomponen de las asociaciones de historias que se tejen del entramado de relaciones sociales entre hombres, como de la capacidad de vida que los sistemas de soporte ecológico, en sus voces nos han legado. El mundo de los animales, las plantas, los minerales, todo lo vivo y lo no-vivo son constitutivos del potencial que tiene la persona humana en la manifestación de todas sus posibilidades creativas.

Para nuestro gozo y fortuna, la narrativa de la música carranguera se puede clasificar dentro de las lógicas de la esperanza y de la vida. El mundo imaginado en la carrangaes también la representación de múltiples acciones institucionales, individuales y colectivas que vienen operando en la región andina de Colombia dirigidos a salvaguardar los ambientes biofísicos y ecosistemas culturales que existen a lo largo de la cordillera de los Andes. En ese sentido, el mundo percibido por la carranga,  un modelo de hombre que no olvida a la persona humana,  responde a las formas en que los humanos venimos actuando en territorios y paisajes. “No todo es fatalidad“; las circunstancias más adversas se pueden superar; las ideologías que separan y destruyen se pueden unir en el marco del reconocimiento de ideas-fuerza que tienen el potencial de la integración, tal como lo canta la carranga en un mensaje trinitario.

Dr. Prof. Felipe Cárdenas Támara Ph.D D.I.Hom

Doctor en Antropología

Profesor Colegio La Alborada


Feliz Navidad con los colores de la Navidad

7 Dic

La libertad de hacer lo que nos gusta

25 Nov

Se transcribe la entrevista tal como la interpretó el periodista de la revista Carrusel, sin embargo se advierte que el sentido se alteró en aspectos centrales a la filosofía del Colegio La Alborada. La libertad con conocimiento y responsabilidad son los ejes del sentido educativo en el Colegio La Alborada. Y más que valores, como se dice en el medio educativo, son principios morales y verdades constitutivas al mundo, al cosmos, a Dios y a los seres humanos los que guían la labor del colegio. Se trabaja la libertad de ser lo que somos, desde ahí se construye el ser.

La libertad de hacer lo que nos gusta

Por: REDACCIÓN CARRUSEL | 3:45 p.m. | 24 de Noviembre del 2011 Entrevista a la doctora Lucía Cuéllar Ospina Vice-rectora Colegio La Alborada http://www.eltiempo.com/carrusel/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-10825313.html tomado del periódico El Tiempo

Libertad

La libertad es la que le permite tomar caminos diferentes, alejadps de lo predecible.

Foto: Archivo Particular

Comparte este artículo

Compartir
 ¿Qué necesitamos para alcanzar la libertad y qué obstáculos nos alejan de ella? Expertos opinan.

Tomar café o té en la mañana. Manejar o ir a pie al trabajo. Estudiar música o filosofía o derecho. Decisiones. Decisiones diarias que tomamos, cambiamos y revaluamos. Nuestra condición humana nos expone a ellas y, porque somos libres, podemos decir: té, a pie y música. Es gracias a ella, a la libertad con la que nacemos y a la capacidad de decidir, que podemos ser lo que queramos.

Dicho de una manera sencilla y en palabras de Lucía Cuéllar, doctora en psicología y docente de la Universidad de La Sabana, «la libertad es la capacidad para decidir sobre la propia vida y, además, actuar con responsabilidad». También, como lo había explicado el filósofo alemán Immanuel Kant (1724-1804), una persona es libre cuando actúa bajo sus propias razones sin hacer daño a otros.

En este orden, ser libre es tener el trabajo soñado, pero cumplirlo a cabalidad y con responsabilidad. Es, también, decir lo que cada uno piensa y con las palabras que escoja, pero luego asumir las consecuencias de las respuestas que pueda despertar.

Claro, no debe confundirse con el libertinaje, ese desenfreno en las acciones que, en palabras del psiquiatra Pablo Alberto Chalela, «lleva a una persona a buscar resultados sin ser consciente de sus responsabilidades». Un ejemplo es quien malgasta su fortuna e incurre en deudas, pero no repara en la forma en la que deberá responder más adelante, pues busca el placer inmediato.

Estos expertos coinciden en decir que la libertad es una cuestión de actitud, pues es la manera en que nos enfrentamos a los hechos diarios y determina cómo nos sentimos haciendo nuestras actividades: aunque alguien esté 10 horas diarias trabajando, es libre si escogió lo que ama. Pero, ¿por qué a algunos les cuesta sentirse libres?, ¿por qué, aún estando conscientes de ello, se decantan por cosas que los afectan? Una posible respuesta es que cuando de decisiones se trata la comodidad a veces es la primera opción.

«Evitamos cargar el peso de tomar decisiones y la responsabilidad que esto trae consigo», dice Cuéllar, y eso se refleja cuando nos dejamos arrastrar por las condiciones establecidas, sin permitirnos hacer un alto y cambiar de rumbo. Un ejemplo es quien se perpetúa en un trabajo que no lo satisface pero que le da una sensación de seguridad, a pesar de saber que en él no se realizará.

Pero no solo es lo que no decidimos sino lo que permitimos que decidan por nosotros. «Nos dejamos llevar por opiniones de otros y, en algunos casos, dejamos que ellos escojan», explica Lucía Cuéllar. De una forma exagerada, esto equivaldría a que alguien resolviera por usted qué ropa debe usar y así, en caso de crítica, a él apuntarían otros dedos.

Pero la falta de libertad no solo es una cuestión de elecciones. Nuestro tiempo también impone ciertas herramientas que, así como tienen una función social, educativa y de entretenimiento, pueden restar -si son mal usadas- libertad y autonomía, pues «la tecnología no nos deja estar solos. Estamos acostumbrados a estar con alguien todo el tiempo y esto es fomentado por las redes sociales y otros entretenimientos virtuales. La soledad nos da miedo porque no sabemos quiénes somos ni con quién nos vamos a encontrar», dice Cuéllar. En el momento en que el ruido de la gente, las computadoras y los iPods es más fuerte que los pensamientos propios, hay una desconexión entre el pensamiento y la acción. En esta medida nos esclavizan, y esto es un problema si entendemos que somos más libres cuando nos conocemos.

Tener no es ser

¿Es el dinero un medio o un obstáculo para ser libres? Un estudio de Victoria University of Wellington publicado en Journal of Personality and Social Psychology de la Sociedad Americana de Psicología, evaluó a 420 mil personas de 63 países para determinar qué era más importante para el bienestar individual: dinero o libertad.

Sus autores, Ronald Fischer y Diane Boer, concluyeron que un mayor individualismo está asociado con más bienestar. Ellos aseguran que «el aumento de la riqueza en una sociedad puede influir en el bienestar solo si permite que las personas experimenten una mayor autonomía y libertad en su vida diaria. La riqueza puede influir en el bienestar solo a través de su efecto en el individualismo».

De acuerdo con esta investigación, nuestro bienestar -que incluye la satisfacción y el cumplimiento de las metas que cada uno se impone-, depende más de la autonomía en nuestras decisiones que del dinero que tengamos y, aunque tenerlo nunca está de más, lo que otorga una verdadera estabilidad emocional es la posibilidad de gozar de albedrío.

Sobre esto, el psiquiatra Chalela dice que «el dinero es una manera de sentirse seguro, pero ese apego es una traba para ser libre». Es decir, tener no es ser. Fischer y Boer concluyen que «un indicador de bienestar es que los individuos cuenten con opciones en sus vidas».

Ahora, una pregunta más: ¿cómo podemos ser libres?

«Para ser libres, hemos de hacer un esfuerzo por trascender los hábitos, la superficialidad y la vaguedad que consumen toda nuestra energía, que bloquean nuestra creatividad y malgastan nuestro potencial para el desarrollo», escribió Sangharákshita, fundador del movimiento Comunidad Budista Triratna.

La respuesta es sencilla: el conocimiento nos hace libres. Saber quiénes somos, leer buenos y malos libros, ver películas de todo tipo, viajar a muchos lugares. Tener opciones y elegir entre ellas cómo queremos ser: eso es la libertad.

Cuéllar dice que «cuanto más conocimiento, más educación tengamos, podremos escoger, y esto nos hará felices. Ser feliz no es evitar las situaciones desagradables, es más bien tener muchas opciones para escoger la mejor».

0 comentarios

La educación como política cultural

24 Nov

Manifiesto:

Por la reconstitución del ser humano, por la reconstrucción social de nuestro país. Por el despliegue del potencial cultural y personal de nuestra realidad. Por una inversión afectiva, más que económica. Por una pedagogía de la ternura y del amor. Por una acción humana realista, madura en lo psicológico y espiritual. Por un subjetivismo sano, con polo a tierra y con una perspectiva de infinito. Por una autoridad del auténtico crecimiento…por un proyecto personal en armonía con la Tierra y el Cosmos. Por el rescate, descubrimiento y redescubrimiento de las verdades supremas del hombre, el cosmos y la vida… Eso es la alborada.

Los tiempos, la verdad y la educación

12 Nov

Se dice que vivimos tiempos de postmodernidad. Qué es la postmodernidad? Si la modernidad era la época de la fe ciega en la ciencia y en el progreso humano; la postmodernidad es la época de los desencantos en todo gran relato. Caminando junto al ambiente post-moderno, se encuentran los modos de ser subjetivistas y relativistas. Un trío de compañeros que no cree en nada valedero. Pero parece que sí sigue siendo válido la única validez de los fenómenos, de lo observable y de lo que se puede tocar. Esta es la realidad empírica y fenomenológica. No hay espacio para Dios, lo ontológico y lo noético. La postmodernidad, en sí misma es un gran relato que pretende entender toda desde la perspectiva narrativa. Una opción interesante, si no fuera por el reduccionismo extremo que encarna dicha postura. El sueño en nuestro proyecto educativo no es impositivo, en ese sentido, algunos nos podrían clasificar como post modernos, pero somos clásicos en el sentido de afirmar que existen realidades ontológicas superiores al hombre. Estamos por una ética realista, de la formación democrática y de la valoración de las formaciones culturales que le ayuden a la persona humana a crearse activa y socialmente. Son particularidades valiosas en un mundo de la estandarización, que opera a partir de reduccionismos.

Vamos a tu paso

6 Oct

Colegio La Alborada: caballos y animales en la educación

1 Oct

El corazón como fundamento de la educación

11 Sep

In educating, it is extremely dangerous to only develop the understanding and intellect, and not pay attention to the heart. We must, above all pay attention to the heart, for the heart is life, but life corrupted by sin. It is necessary to purify this source of life, to kindle in it the pure flame of life, so that it should burn and not be extinguished; and should direct all the thoughts, desires, and tendencies of the man through all his life. Society is corrupted precisely through the want of Christian education. It is time that Christians should understand the Lord, should understand what…

En la educación,  es extremadamente peligroso desarrollar sólo la comprensión y el intelecto, y no prestar atención al corazón. Debemos, sobre todo,prestar atención al corazón,porque el corazón es la vida, pero la vida corrompida por el pecado. Es necesario purificar esta fuente de vida, para encender en él la llama pura de la vida, por lo que debe quemarse y no extinguirse, y debe dirigir todos los pensamientos, deseos y tendencias del hombre a través de toda su vida. La sociedad está dañada precisamente por la falta de educación cristiana. Es hora de que los cristianos entiendan al Señor, debe entender lo que ..»

El corazón fuente de vida, fuente de la organización y del orden de ser de todos los seres humanos. ¡Qué palabras más sabias las de san Juan de Kronstadt, santo ruso de finales del siglo XIX!. No es sólo la razón, por importante legado griego. El corazón es la clave en la formación humana.